Diógenes el cínico: vida y enseñanzas
- Diógenes de Sínope - raesoterica
Diógenes nació en Sínope en el año 400 a.C. y murió en 323 a.C. Casi todo lo que sabemos sobre él nos lo cuenta Diógenes Laercio en su obra Vidas de filósofos ilustres a través de un conjunto de anécdotas de dudosa autenticidad, ya que no nos da una biografía y un modelo de pensamiento auténticos aunque incluya a los cínicos entre las diez grandes escuelas filosóficas.
Diógenes el cínico, figura histórica o figura literaria
Diógenes de Sínope fue extravagante y provocador, un arquetipo de figura literaria que mordía y denunciaba con ingenio. Pero ante todo era un filósofo práctico llegando a realizar todas las máximas que Antístenes había proclamado con anterioridad. Diógenes llevaba a cabo la parresía, la libertad de palabra, desde la que denunciaba las convenciones absurdas y proponía "reacuñar la moneda", la transmutación de los valores, lo mismo que intentaría F. Nietzsche más de dos mil años después.
Llegó a Atenas como exiliado desde Sínope donde, según se dice, fue acusado precisamente de falsificar moneda. Era emigrante y apátrida y se proclamaba ciudadano del mundo. Los cínicos, antes que los estoicos y las conquistas de Alejandro Magno, ya proclamaron el cosmopolitismo. Le bastaba con lo indispensable, sin patria, sin familia y sin casa se dice que vivió en una tinaja, "el tonel de Diógenes". Aunque fue llamado "el perro" su animal modelo era el ratón por su capacidad de adecuarse a todas las circunstancias.
No sabemos con exactitud cuantos libros escribió pero es cierto que la de escritor no es su faceta más famosa. D. Laercio le atribuye diálogos, epístolas y tragedias pero él, quinientos años después, lo que recibió no fue una figura histórica sino literaria y las anécdotas que nos cuenta las recibió de la mano de los escritos de Teofrasto, Metrocles, Teócr ito de Quíos y Demetrio de Falero.
Máximas y sentencias: Las chreíai
"El perro" Diógenes, como le llamaban en Atenas, fue un humorista y un conversador intrépido y vivaz y nos han llegado numerosas sentencias, máximas y aforismos, lo que los griegos llamaban chreíai. El que sólo se conserven anécdotas y las chreíai no nos tiene que llevar a menospreciar el cinismo. Según los retóricos helenísticos como Teón, Aftonio y Hermógenes este género tiene su origen en las escuelas socráticas y alcanzó en los cínicos su máximo desarrollo. Sus anécdotas contienen un mensaje filosófico, son breves y utilizan recursos adaptados a cada situación como los ejemplos y, además, provocan la risa del oyente. Tenían un tono fresco y saludable para la crítica que envolvía una sabiduría práctica y unos valores morales, por eso alcanzaron tanto eco. Diógenes desarrolló este género con ironía y desparpajo y lo utilizó contra el ambiente social y la filosofía elevada expresándose a través de sus gestos para parodiar las creencias de la gente.
La virtud del cínico
El pensador de Sínope fue un atleta del cuerpo y del alma. Recomienda el entrenamiento y el hábito para llegar a la virtud, es necesaria la ascesis para formar al atleta frente a los continuos vaivenes del azar. Proclama la impasibilidad ante el infortunio, una anécdota nos cuenta que en verano se revolcaba en la arena ardiente y en invierno se frotaba en las estatuas heladas para su endurecimiento físico. En el tema del hábito toda la filosofía helenística estuvo de acuerdo, es necesaria una práctica constante para llegar a la virtud y ser capaz de juzgar los placeres de forma libre e independiente. El objetivo de la sabiduría práctica es la conquista de la libertad, el poder gobernarse a sí mismo independientemente de la doxa (opinión) y la alienación con impasibilidad y despreocupación frente a los avatares sociales y valores convencionales.
El papel que representa Diógenes hoy
La palabra "cínico" viene del griego Kyon y significa "perro". El cínico es el que tiene vida de perro. Esto es simplemente porque ha abandonado las convenciones sociales y vive de acuerdo con la naturaleza, en eso consistía la transmutación de los valores que quiso llevar a cabo Diógenes. El sentido peyorativo que atribuímos hoy al concepto procede de la malinterpretación voluntaria del mismo por parte de las instituciones de poder a lo largo de la historia, tanto políticas como religiosas. Pero si algo nos enseñó Diógenes que podemos aplicar hoy es a ser libres de la manipulación, a valernos por nosotros mismos y a hablar sin miedo de lo que nos importa.
En mi opinión, lo planteado por Diogenes deviene de la búsqueda de la virtud que conlleva a la sabiduría, lo cual nos hace libres de pensamiento y capaces de vencer a la manipulación, tal y cual nos plantea la biblia cuando nos dice que la búsqueda de la sabiduría está en el amor a Dios, que de él viene la sabiduría y es escudo de los caminan rectamente, es por ello que considero que cuando Diogenes plantea que alcanzar la sabiduría es la virtud de sentirnos libres, de no dejarnos manipular, de confiar en nosotros y de no tener miedo de decir lo que se quiera decir, ello no es más que preparar nuestro Corazón a Dios en procura que esa sabiduría sea producto de la fortaleza del espíritu y de la confianza perenne en él, para así enfrentar con rectitud, honestidad, preparación y fe las circunstancias y adversidades de la vida. Adrián Navarro
ResponderEliminarMuy buen filosofo
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